Tu playlist tiene mucho que ver en tu rendimiento

Tu playlist tiene mucho que ver en tu rendimiento

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La música siempre ha sido una herramienta indispensable para la concentración, desde utilizar música clásica a la hora de estudiar cómo poner tu canción favorita mientras te arreglas en el espejo y al hacer ejercicio ocurre lo mismo, sumando que en ocasiones escuchar nuestra propia respiración o las pisadas que damos o que dan los demás al correr puede resultar incómodo.
La música nos distrae del dolor y el cansancio, eleva el estado de ánimo, aumenta la resistencia, reduce el esfuerzo percibido e incluso puede promover la eficiencia metabólica.

 

1. Te ayuda a mantener el ritmo

La música tiene un impacto enorme con la corteza cerebral motora, lo que se traduce en activación del cuerpo. El cerebro envía señales de movernos y estar enérgicos, lo que puede sincronizarse con el ejercicio que estamos realizando.

Lo mejor es buscar música que podamos sentir sincronizadas con la intensidad del ejercicio. Así, la canción tendrá el beat más alto cuando estés en el punto más difícil de la rutina, y bajará cuando sea el momento de descansar y mantener el cuerpo caliente.

 

 

2. Te ayuda a mantener el ritmo

Aunque la ciencia no tiene una explicación certera al respecto, para todos existe una canción que es la adecuada. La misma nos traslada a un mejor lugar y nos hace sentir llenos de energía y vitalidad. Inevitablemente nos invita a levantarnos de la silla y movernos.

La mayoría de la veces, el impacto de esa canción tiene que ver con el momento y lo que estabas haciendo la primera vez que la escuchaste.

Por lo tanto, vincular una canción que nos llena de vitalidad con el ejercicio es sencillo. Lograrás tu rutina sin mucha dificultad.

 

3. La música distrae

Como habíamos comentado, la música tiene potencial para distraernos y permitirnos aguantar mucho más el ejercicio. En efecto, hace que el cerebro destine gran cantidad de su energía y concentración al ritmo y, en muchos casos, a la letra, obligándonos a seguirla.

Cuando el cerebro esta inmiscuido en este proceso, se le hace sencillo ignorar el impacto físico que está teniendo la rutina. Puede pasar desapercibido el dolor, malestar o cansancio.

Algunos estudios realizados han demostrado que la música puede hacerte rendir un 15 % más de lo normal en tu entrenamiento.

 

 

4. La música mejora el estado de ánimo

La combinación de música y ejercicio es una gran aliada del estado de humor. Ambas son capaces de inundar nuestro cerebro de serotonina, la hormona de la felicidad y el bienestar, por lo que dan resultados excelentes. Una canción bastante animada y una buena rutina de ejercicio destacan entre las recomendaciones para combatir el estrés, la depresión, ansiedad u otros cuadros. Además, son amigas de tus relaciones interpersonales. En efecto, al estar de mejor humor, puedes lidiar mejor con el entorno y los retos que se presenten.

 

 

5.  La música te hace moverte

El cerebro encuentra en la música un estímulo imposible de ignorar. Escucharla incita inmediatamente a querer movernos, puesto que activa receptores específicos. Normalmente, el movimiento desencadena en baile, que es una de las formas más divertidas de ejercicio. Sin embargo, con un poco de determinación, la necesidad de movernos puede desembocar en la consecución de ejercicios. Como te habíamos comentado, es recomendable que los sincronices con la música.

 

Incluso la música puede ayudarte a llevar mejor tu rutina de caminata o trote, porque te ayuda a estar estimulado.

Ahora ya conoces los beneficios de escuchar música mientras haces ejercicio. ¡Ponlo en práctica!

Te dejamos una playlist de 17 canciones reconocidas como clásicos en el ámbito deportivo por su excelente capacidad motivacional y su BPM:

 

 

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